La meditación es la práctica de la transformación de la mente para alcanzar su máxima posibilidad. Para el budismo, puesto que el mundo tiene como naturaleza primordial la conciencia y no la materia, esta transformación supera los límites ordinarios que la sociedad secular materialista adscribe a la realidad.Muchos budistas llevan a cabo prácticas específicas para cultivar la atención plena. Tal vez otros no, pero es justo decir que la mayor parte de las prácticas budistas ayudan a generar en nosotros un mayor sentido de conciencia y conexión con la gente y el mundo que nos rodea. El mismo nombre “Buda”, después de todo, significa “Despierto”. Así pues, aunque exista un énfasis en la atención plena para las personas que practican la meditación Vipassana o de Introspección, tal y como se enseña en la escuela Theravada fundacional del budismo, existen corolarios en otras escuelas budistas como el Zen y el Vajrayana.Los Cuatro Fundamentos de la Atención Plena, tal y como los enseñó el Buda histórico y hasta la fecha, son los elementos clave sobre los cuales deberíamos practicar ser conscientes. Se trata de: nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestra mente y los fenómenos/el mundo que nos rodea. Al entrenarnos en la atención plena sobre estos cuatro fundamentos, vemos cada vez más cómo es que son realmente todas estas cosas, al margen de nuestras ideas conceptuales sobre ellas. Entrenarse en los cuatro fundamentos de la atención plena es entrenarse para ver la realidad con más claridad y ecuanimidad.
Según el budismo, sufrimos no porque haya algo intrínsecamente malo en nosotros, sino simplemente porque malinterpretamos la naturaleza de la realidad. La práctica budista nos ayuda a aceptar la realidad cultivando nuestra conciencia de las “tres características de la experiencia”, también conocidas como “las tres marcas de la existencia”. Se trata de la impermanencia, el sufrimiento y la percepción, palabras que probablemente resulten familiares a cualquiera que haya leído algo sobre budismo.
Pueden decirse muchas cosas sobre la práctica de la atención plena, pero la idea básica es sumamente sencilla. (Un maestro ha resumido juguetonamente la práctica en “Siéntate, Cállate y Presta Atención”). Puedes observar lo sencilla que es al probarla por tu cuenta.
Esta conclusión o actitud mental será el objeto de la meditación de emplazamiento. Cuando hayamos encontrado el objeto deseado por medio de la meditación analítica, debemos concentrarnos en él sin distracciones durante tanto tiempo como podamos para familiarizarnos con él. Esta concentración convergente es la meditación de emplazamiento. El término meditación suele utilizarse para referirse a la meditación de emplazamiento, y contemplación, a la meditación analítica.
La meditación de emplazamiento depende de la contemplación, y esta, de la escucha o lectura de las enseñanzas de Dharma.
Nirvana
El Nirvana es un estado de liberación que alcanza el ser humano cuando concluye su búsqueda espiritual, ya que se ve libre de ataduras. El individuo está libre de sufrimiento en este punto: el Nirvana puede traducirse como la extinción o cesación del sufrimiento desde su origen sánscrito. Se trata de un estado propio de religiones como la hindú, la budista y el jainismo.El estado de Nirvana es muy importante en las enseñanzas de Budha, ya que rompe el ciclo o rueda del samsara. Esta rueda perpetúa el sufrimiento mediante la reencarnación constante del ser humano a otras vidas, cuyas experiencias son fruto del karma acumulado por cada uno. Para descubrir en profundidad qué es el Nirvana y su trascendencia en el budismo, hinduismo y jainismo.En cierto grado es costumbre afirmar que el Nirvana es un estado de dicha incomparable, con el cual no puede compararse la dicha de este mundo64 y, si quisiéramos ponernos un poquito técnicos, podríamos optar por describir los dos tipos de Nirvana: el nirvana klesha, que consiste en la extinción de todas las pasiones y corrupciones; y el nirvana skandha, consistente en la extinción de todos los diversos procesos de existencia psicofísica, un acontecimiento que se presenta en el momento de la muerte (como la denominamos) de alguien que ya ha alcanzado el nirvana klesha durante su vida.
La Rueda del Dharma
La rueda del dharma es un gráfico en el que se condensan las enseñanzas fundamentales del budismo. Está compuesta, básicamente, por las cuatro nobles verdades y por el noble camino óctuple. Estos dos elementos configuran las líneas centrales de esta filosofía.La rueda del dharma o rueda de la transformación es un símbolo budista que grafica el camino hacia la iluminación. Corresponde a un elemento que muestra cómo es el orden de las cosas en forma natural, sin que intervengan fuerzas externas.
El nombre original de la rueda del dharma es dharmachakra y en principio fue empleada solamente por el budismo. Con el tiempo, también fue adoptada por el hinduismo y el jainismo. Los seguidores de la filosofía budista la consideran también como la rueda de la doctrina, porque sintetiza buena parte de las enseñanzas de Buda.Después de que Buda alcanzara la iluminación, como respuesta a algunas peticiones, surgió de su meditación estabilizada y giró por primera vez la rueda del Dharma. Estas enseñanzas, que incluyen el Sutra de las cuatro nobles verdades y otros discursos, constituyen la fuente principal del budismo hinayana o vehículo menor.
Más tarde, Buda giró por segunda y tercera vez la rueda del Dharma y enseñó los Sutras de la perfección de la sabiduría y el Sutra que discierne la intención, respectivamente. Estas instrucciones son la fuente del budismo mahayana o gran vehículo.
En las enseñanzas hinayanas, Buda nos muestra cómo lograr la liberación propia del sufrimiento, y en las mahayanas, cómo alcanzar la iluminación total o Budeidad por el beneficio de todos los seres. Ambas tradiciones florecieron en Asia, al principio en la India y más tarde en otros países, incluyendo el Tíbet. Hoy día, empiezan a florecer en Occidente.Los ocho símbolos auspiciosos nos enseñan cómo avanzar a lo largo del camino budista en general, y la rueda del Dharma, los ciervos y el vajra en la parte superior nos enseñan las etapas del camino del tantra del yoga supremo en particular. El ciervo macho simboliza la realización del gran gozo; el ciervo hembra, la de la vacuidad; y la rueda del Dharma, la unión de estas dos realizaciones.
Al progresar en la unión del gran gozo y la vacuidad lograremos alcanzar los cinco tipos de sabiduría omnisciente de un Buda simbolizadas en el vajra de cinco puntas.
También hay una gran rueda del Dharma en la linterna situada en la parte superior de los templos que contiene valiosas escrituras, simbolizando la expansión del sagrado Dharma por todos los mundos.
La rueda del Dharma también se utiliza como logotipo de la Editorial Tharpa para simbolizar la difusión por todo el mundo del Dharma puro del budismo kadampa con el trabajo de Gueshe Kelsang Gyatso.
En el centro de la rueda del Dharma está el emblema del budismo kadampa internacional, un sol radiante que amanece por detrás de una montaña nevada.
El sol del budismo kadampa que apareció por detrás de las montañas nevadas de Oriente, ahora ilumina a numerosos países del mundo gracias a los esfuerzos de Gueshe Kelsang.
El Samsara
Es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la India; en el hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo.
Según estas religiones en el transcurso de cada vida, el Dharma (acciones hechas para bien o de luz) y el Karma (consecuencia de lo realizado negativo o de oscuridad) determinan el destino futuro de cada ser en "el proceso del llegar a ser" (evolución o involución). Este proceso cíclico termina con el logro del moksha (liberación del ciclo del nacimiento y de la muerte).
Se considera que existen seis reinos del Samsara, que también reciben nombres como los seis reinos del remamiento o los seis reinos de la existencia. Los seres sintientes, según el budismo, que no se han liberado y no llegan a la iluminación, se pueden encontrar en:
Reino de los Deva: es el reino de los dioses, donde está la felicidad y el orgullo asociados al tono blanco.
Reino de los Asura: aquí reinan los semidioses, que se caracterizan por la envida y los celos, y se asocian al color verde.
Reinos humanos: el Reino Manusya se basa en el apego, la pasión, la duda y el deseo. Se asocia al tono amarillo.
Reino animal: igualmente llamado Tiryag-yoni, está determinado por el prejuicio y la estupidez. Está asociado al color azul.
Reino de los Pretas: aquí moran los espíritus hambrientos, que permanecen en estado constante de avaricia y posesión. Se asocia al tono rojo.
Reino de los Narakas: también llamado Reino de los Nirayas, es el infierno en el que reina el sufrimiento y la ira y se asocia al color gris.Acabamos de ver los seis reinos del ciclo vital que, de forma tradicional, se representan en forma de rueda, llamada popularmente la Rueda del Samsara.
En dicha rueda solemos ver en el centro los tres venenos, también llamados akusala-mula o las tres raíces de lo malsano. Se representan por medio de animales, que son el cerdo, el ave y la serpiente.
Alrededor de los animales vemos los seis pasajes que simbolizan los seis reinos. En cada uno de ellos observamos a sus habitantes espirituales, todos ellos completados con las doce causas de condicionamiento del budismo, también llamadas nidanas.
Así es el Samsara, su significado y su interpretación según diversas creencias, desde algunas más primitivas que lo integraron como el judaísmo, hasta las que lo practican y lo priorizan, como el caso del budismo o el hinduismo.
Todo surge en dependencia de ciertas condiciones y nada tiene una esencia fija y básica; tampoco nosotros. Lo que somos ahora es el resultado de las condiciones de nuestro pasado. Lo que seremos en el futuro estará determinado por las condiciones del presente y uno de los factores determinantes principales de lo que seremos en el futuro es nuestro comportamiento actual.Nuestros actos determinan lo que somos. Esta premisa hace posible una vida espiritual y el Buda así lo entendió. Al empezar a cambiar nuestro comportamiento también comenzamos a hacernos diferentes.